viernes, 16 de enero de 2009


LA PAZ

Una flor ignorada,
arraigada en la roca más estéril y dura,
se levanta del odio en torbellino
sobre el mar tenebroso de la vida.

Y crece solitaria, abre los pétalos
de su luz en serenas alboradas
-más blanca que una aparición divina-
hasta encerrarse en sueños al anochecer.

Espera suplicante
que la abracen las olas de la vida;
que la arranquen del páramo
de la desolación,
encendiendo la noche con su luz.

Pero las olas huyen de la flor de la Paz
que llama sin cesar desde la roca:
No espumarán de odio...
Tienen miedo
del encanto del sol y del amor.

toño oro
.

Eugen Relgis
Rumanía - Uruguay
(Traducción de Pablo R. Troise)
(Ponent, cuadernos literarios, nº 2/II etapa, Cádiz, 1975)

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